Los palitos Totoro
La independencia suele saber a fast food, a comida congelada o guarrerías por el estilo, llegando a puntos normalmente cercanos al aburrimiento o incluso las náuseas. Son cosas que tiene la juventud, un estómago en buen estado y una gran cantidad de pelis por ver. Pero tras dos meses, puedo decir, no sin soltar antes una enorme sonrisa de orgullo, que mi (nuestra) emancipación, está siendo alimentariamente bastante saludable. Verduras, legumbres, ensaladas... y pizzas y raviolis, por descontado, acercándonos tanto a la dieta mediterránea, que da gusto darse cuénta de lo anecdóticos que pueden ser unos noodles al más puro estilo Dr. Slump, una cena de emergencia un dia que regresas a tu casa con dolor de garganta y ni la más remota intención de cocinar.
La escusa ideal para estrenar los palitos de Totoro, que con tanto amor trajeron I. y J.F. directamente de Japón. Si es que no hay nada como tener amigos que saben lo que mola, y saber lo que mola una misma.
:)
La escusa ideal para estrenar los palitos de Totoro, que con tanto amor trajeron I. y J.F. directamente de Japón. Si es que no hay nada como tener amigos que saben lo que mola, y saber lo que mola una misma.
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