viernes, septiembre 24, 2004

Apresuradamente

No tengo tiempo. Ni para postear, ni para leer listas o blogs, ni dejar comentarios por ahí, ni responder los que me dejan, ni sacar fotos, ni llamar a mis amigos, ni ir al cine a ver El señor Ibrahim y las flores del corán, ni dedicar una tarde a patearme todas las tiendas de bicis para encontrar una de guapa y barata... Pero es que tampoco tengo tiempo de limpiar y ordenar mi habitación, ni de ponerme al dia con los papeles que están ahí acumulando polvo en la estanteria, ni de hacer las mil pijadas que ya no me dio tiempo a hacer este verano. Por no hablar del montón de cosas “serias” que tendría que hacer y que no puedo hacer, como buscar libros y preocuparme de mis apuntes y empezar desde ya a llevar las asignaturas al día.

Pero eso si que hay que decirlo, y es que sarna con gusto no pica tanto, Mi vecina siempre añade: pero mortifica. En este caso mi sarna, que me va a picar y a mortificar, viene en forma de cursillo de socorrismo básico en la Cruz Roja, porque a raíz de las horas y de dónde se imparte, he terminado con un horario en la uni que me paso allí el día entero, desde las ocho y media hasta las seis (sumemos a eso el rato de transporte).

No es que quiera hacerme socorrista en las playas de Verona Beach, para eso hace falta un titulo superior al que me sacaré. Lo que haré en el cursillo es aprender a saber QUÉ hacer ante un montón de cataclismas cotidianos de esos en que la gente nunca sabe QUÉ hacer. Quemaduras, cortes, picaduras de insectos, caídas tontas. Vamos, los primeros auxilios de toda la vida. Es una cosa que siempre me ha hecho ilusión, y además creo que siempre mola poder poner en tu currículo que has hecho un cursillo de socorrismo, por eso de que si te viene una abuelita a la farmacia y se te desploma delante, tu vas a saber cómo reaccionar, sobretodo si se tiene en mente la romántica idea de irse a una farmacia de un pueblo perdido en las montañas rocosas. O de los Pirineos.

Así que, haciendo caso de un mail de esos de sabiduría como budista artificial, que decía algo como que me tomase las cosas con calma (terminaba diciendo que era el consejo de una niñita que iba a morir de cáncer, pero aunque apestara a cadena, el consejo siempre está bien seguirlo) y disfrutase de la vida, pues me siento un ratito aquí. Me pongo la banda sonora de Amélie y escucho esta hermosa, aunque sobadísima, canción de Yann Tiersen, que siempre levanta la moral.

Les Jours Tristes

It’s hard, hard not to sit on your hands
And bury your head in the sand
Hard not to make other plans
And claim that you’ve done all you can all along
And life must go on
It’s hard, hard to stand up for what’s right
And bring home the bacon each night
Hard not to break down and cry
When every idea that you’ve tried has been wrong
But you must carry on

It’s hard but you know it’s worth the fight
'Cause you know you’ve got the truth on your side
When the accusations fly, hold tight
Don’t be afraid of what they’ll say
Who cares what cowards think, anyway
They will understand one day, one day

It’s hard, hard when you’re here all alone
And everyone else has gone home
Harder to know right from wrong
When all objectivities gone
And it’s gone
But you still carry on
'Cause you, you are the only one left
And you’ve got to clean up this mess
You know you’ll end like the rest
Bitter and twisted, unless
You stay strong and you carry on

It’s hard but you know it’s worth the fight
'Cause you know you’ve got the truth on your side
When the accusations fly, hold tight
Don’t be afraid of what they’ll say
Who cares what cowards think, anyway
They will understand one day, one day

Y tras la canción, me pongo en mode heróico-trascendental y dejo de refunfuñar, que parece que lleve un mes teniendo la regla. Me voy otra vez a intentar seguir este absurdo ritmo de baile que me he montado por mi poca previsión y mi exagerada confianza en mis posibilidades. Es malo pensar que no puedes hacer las cosas y darte por vencido, pero también lo es pensar que si que puedes hacerlas y darte cuenta que no es así, una vez ya dentro del berenjenal.

El próximo día, fotos.

jueves, septiembre 09, 2004

Re-usemos, que no es que rehusemos (este ya si que es de hoy)

Ermana - Ui, cuanta alegría junta en tu cuerpo, no?
Out- Que te hace llegar a esa conclusión?
Ermana - Si, mujer, estas escuchando Cal.
Out - Y? Cal es triste.
Ermana - Si... Mmmhhhhññññ... Pero... es triste-bonita, no triste-cortarse-las-venas.
Out -Pero sigue siendo triste.
Ermana - Yo la encuentro bonita.
Out - Yo no he dicho que no sea bonita, solo que es triste.
Ermana - Bueno, me voy.
Out - Adiós.

La Ermana y yo estamos condenadas a no entendernos. Sólo me consuela pensar que es algo normal entre ermanas y hermanas y que el día que cada una viva por su cuenta igual nos echaremos de menos y podremos saborear los (cortos) ratos que compartamos. El problema es que ahora tal vez no pueda dedicarme a hablar mal de ella, porque el otro día me pidió la dire de mi blog. No se la apunté, se la dije de viva voz (dudo que se acuerde) y no me la ha pedido más, de manera que igual no lo lee, pero cabe la posibilidad de que otro día la pida y no estoy tranquila del todo. Yo creo que era uno de sus momentos de peloteo caritativo (cuando quiere demostrarse a si misma lo buena hermana que es rebajándose a la hipocresía), porque tiempo atrás, cuando Craby abrió el suyo (actualmente difunto, estoy a la espera que se abra uno aquí para publicitarlo), pues toda la familia estaba enterada del tema, y la Ermana, que esperaba ansiosamente como todos las nuevas entradas de la pequeña Craby, me dijo que el mío no se lo leía, porque era demasiado repelente, que no le gustaba el tonillo y que no era yo misma porque decía las cosas pensando en que lo leerían esa panda de amigos pajeros que tengo. Tal vez acertaba bastante, pero en su momento el pequeño corazoncito de papel maché que tengo en mi voluminoso tórax se abolló un poco y sumé un punto más en su enorme lista de contras (también hay una de pros, faltaría más, pero esa la guardo para contenerme el día que esté realmente a punto de matarla). Hay cosas que no te las tiene que decir una hermana, aunque sea Ermana. Además de que ella no es precisamente la más indicada para criticar tonillos, con los cuentos que hace y me obliga a leer, escritos por y para postmodernos, repletos de citas a escritores tchecos, grupos indiecursimechanictrash o poetisas suicidas. Con protagonistas siempre con profesiones liberales, unas casas superbien decoradas, ningún problema económico o de salud pero deprimidos por cosas existencialmente ultratrascendentales... Errr, mejor lo dejo, o si no terminaré recreándome en la historia del vestido ese que se compró pensando que era una blusa hippie y en realidad era un vestidito para una niña de diez años.

El otro día fui al Natura con NK. Me encanta esa tienda, porque el 99% de cosas que venden son mariconadas kumbis inservibles, y precisamente por eso, el día que tienes un poco de pasta y debes hacer un regalo standard inútil a alguien de quien conoces poco los gustos, hay enormes posibilidades de acertar. Y si no siempre encuentras algo para ti. De hecho lo que compré era una rana sujeta-libros para mi colección, porque lo que buscaba de verdad, que era un regalo para el novio de mi amiga, no lo encontré. En el cartelito que había al lado de las ranas, decía que eran sujeta-puertas, y yo dije que mi puerta ni la sujetaba esa rana ni le hacía falta que la sujetasen, así que no le podría dar uso. Él me dijo que lo podía usar como sujeta libros, que para eso si que me iría bien, y es verdad. Cuánto sabe el jodío. Después se fue al metro para ir a buscar a su novia y yo fui a buscar mi bici que la tenía amarrada por ahí, y me largué sin mirar atrás a toda pastilla con el viento revolviendo mi pelo cual amazona urbana.

Lo que me llamó la atención, de todos modos, no era la rana ni la utilidad que le diera ni mis paranoias mentales de cuando voy en bici a toda leche, si no la bolsa que me dieron para llevarla.



¡Que nos pongamos una bolsa en la cabeza cuando el mundo no nos guste!

Digamos que me parece algo incoherente con el estilo de la tienda. Para empezar, con la tarifa de precios que presenta, va evidentemente dirigida a un publico de clase media-alta, la mayoría unos casipijillos de narices, que en general les parece que el mundo es estupendo, o si no, se pasan las crisis a golpes de master card precisamente en tiendas como esta. Si no, otros posibles compradores son estos posthippies alternativos, revolucionarios pero conformistas y comodones que prefieren dedicarse a decorar su ático del Eixample con los elementos étnico rústicos que ofrece Natura, en lugar de ir por ahí manifestándose, así que a estos tampoco les va a importar mucho el mundo porque tienen el suyo propio. Quedan los estudiantes kumbas de los malabares, que esos siempre andan quejándose del mundo, pero en realidad les encanta que esté todo tan occidentalizado porque así sus papis les siguen manteniendo y pasando pasta para que se la gasten en babuchas con lentejuelas como las que venden en Natura. Así que no, lo de esta bolsa no tiene perdón, va en contra de sus planes de marketing y además de todo, tendrían que pensar que nadie quiere ni siquiera que le insinuen que el mundo puede no gustarte, porque no mola que no te guste el mundo. De todos modos, yo lo he probado, por si acaso, no fuese a ser un portal místico, una entrada a un mundo mejor en el que retirarme unos días a pasar unas vacaciones, pero no, no ha funcionado.

De vuelta a la calma

(este post pertenece a ayer, pero con la historia de que blogger no funcionaba creo que no llegó a colgarse, vamos a ver si ahora...)

Bueeeeno, ya me sosegué, respiré hondo, dormí, me arrepentí del post anterior y se me pasó un poco la crisis. Iba a borrarlo, pero sería hacer trampas, y eso no se hace. Supongo que mejor se quede ahí para ver que en determinados momentos, no hay para tanto, o si, pero luego ya se olvida y el mundo pocas veces se termina de verdad.

Lo que se terminó fue la Festa Major de mi pueblo, que era este finde pasado. Es lo que me gusta más, que se termine. Pero no porque le tenga especial odio ni nada, pero es que cuando se termina tiran los fuegos artificiales y es lo único que me gusta de verdad de las fiestas. El resto, me deja bastante indiferente. La gente suele emocionarse mucho, van por la calle, se arreglan, pasean, están contentos sin saber porqué y quedan con muchos amigos... Y bueno, dejando de lado la opción de ir a pillar la taja del año en les barraques (o tenderetes que venden alcohol para abastecer a la población kumbiguai de la zona en un acto de buenrollismo, lleno de tios guarros en el sentido higiénico de la palabra, que hacen malabares y tocan los bongos, con banda sonora de rock català o el grupo local de cantautores independentistas, todos tan sumamente emporrados que no sirven ni para darles un repasito rapidito), que es lo que hace la gente que conozco que van a la fiesta, pues no encuentro actividades que me llamen la atención. Los conciertos “destacables”, o son de gente que no conozco y que aunque podrían estar bien, los desecho porque no me apetece arriesgarme a tragar basura, o directamente que no me van a molar (cuando estaba de moda nos trajeron a Rosa de España, este año tuvimos a Ana Belén y Víctor Manuel...). Luego están los talleres para críos, pero me da vergüenza apuntarme porque igual supero en edad hasta a los monitores. Los bailes, las sardanas, los chachachás, las danzas del mundo... Pues ahí me da vergüenza apuntarme porque me superan en edad hasta las hijas que acompañan a los octogenarios asistentes. Y las actividades deportivas, en fin, paso totalmente, ya trabajos tengo tras dos meses de no-asistencia en el gimnasio para seguir a la monitora pegando cuatro saltitos de nada, me voy a ir a recorrer media ciudad en la Carrera de la fiesta mayor, abofeteada por el sol, empujada y pisada por unas cuantas marujas en chándal que van como haciendo marcha y atropellada por docenas de medioadolescentes sudorosos, para encima toparme con el imbécil de mi tío Juaneles, el banquero snob, con su panda de amigos del footing que no se perdería por naaaada del muuuundo el evento healthy de la fiesta local.

Vamos, si lo pienso bien, una putamierda la Festa Major. Así que me queda el Castell de Focs (que mal suena dicho en castellano, Castillo de fuegos), que es una cosita rápida, un poco espectacular, bonita, que puedo ver con tranquilidad, sin moverme de mi gruta pajera. Desde mi ventana se ve la mar de bien, intenté sacar un par de fotos pero bueno, ganan mucho en directo, ehem.



Podría contar también que ayer hice un examen de bioquímica, pero como me fue de puta pena tampoco hay mucho que decir, solo eso, que lo hice y que catearé, pero que teniendo en cuenta como ha ido el mes de agosto, ni es sorprendente ni decepcionante, un poco triste nomás. Sobretodo cuando la profe, al entregárselo, me dice “anda, pero tu por aquí? Si pensaba que te había aprobado JAJAJAJAJA”. Maldita sea.

Al final del día, vamos, por la noche, asistí a una cena-celebración-de-cumpleaños, del novio de mi bestfriend, la bella Airún. En principio iba secretamente en plan refunfuñón, secretamente porque en consideración hacia ella no quería que se me notara, y refunfuñón, porque es que su novio la verdad, no es mal chaval, pero un poco sabiondillo si, y a veces ha llegado a soltarme alguna que apunto he estado de odiarle, y eso de irme de cenorrio con su grupito de amigos, además músicos todos... Aishhhh! Preferiría irme a cenar con mi amiga, las dos solas. Pero al final no hubo para tanto. Estaba en una esquina de la mesa, con ella al lado haciéndome compañía (menos en los ratos que al novio le daba por sobarla), y delante un chaval que estaba un poco ido. Me llamó friki, pero no porque yo le contase nada sobre mi colección de panfletos de la fiesta del jamón, si no porque dije que no me gustaban las bebidas con gas y que no creo que sea nada imprescindible como para tener que acostumbrarme a ellas a estas alturas. Decía tan elevado número de chorradas por minuto que Airún y yo terminamos por coger la risa tonta, y al final me lo pasé bien y todo. El resto de la panda, me ignoraron bastante, pues se conocían ya todos y la distribución de la mesa lo propiciaba, pero tampoco me moría por intervenir en las conversas privadas que se llevaban, menos cuando les dio por hablar de Calvin y Hobbes y de Mafalda, pero al ver que zanjaban el tema con un “jiji como mola Susanita, tan repipi y chinchona, y qué guai Manolito tan cabezota”, saqué mi cámara y me refugié en la fotografía. Aquí pueden obtener una imagen de mí haciendo el mono, pueden photoshopear y pegar su propia foto encima, para hacerse una idea de cómo quedarían dando la nota en un restaurante griego. La comida estaba tan buena que nos la comimos antes de poderla fotografiar y solo pude pillar este pedazo de pita que alguien abandonó. El resto de fotos son de gente morreándose, achuchándose o poniendo caras, pero no tengo permiso de los interesados, y tampoco lo voy a pedir, no le diera a nadie por pedir la dirección donde las colgase y viesen esta minicrónica.



domingo, septiembre 05, 2004

Domingo por la tarde en casa

Pues esta tarde si acaso no vengas, porque... ¿verdad que no tenéis mucho trabajo?

Yo lo flipo en colores. Me contratan pensando especialmente en reforzar los domingos y festivos porque con dos personas en la farmacia no había suficiente personal, y ahora va y los jefes me dicen que no vaya esta tarde, que ya se apañaran las otras dos. Claro que han intentado liarme para que en compensa haga mas adelante sustituciones entre semana, mira que gracia, justo cuando ya habré empezado en la uni, se creen que lataré clases. Porque este agosto ya me chupé unas cuantas de sustituciones, pero ese era el trato, festivos y “vacaciones” (aunque hay que ser cabrón para asignarme una semana entera de once horas diarias, con la excusa de que necesito “terminar de cogerle el tranquillo al asunto”, por mucho mes de agosto que sea y por mucho que piensen que yo en casa me tiro el día tocándome la alcachofa). Y aunque crea que tengo todo el derecho de decir que por ahí no paso, me jode enormemente porque los días que los jefes consideren que me “tocan” y que yo diga que nanai porque no me tocan en realidad, se los va a chupar alguna de mis compañeras que esté en similar situación de incompatibilidad de horarios, y las chicas se han portado de maravilla conmigo desde que llegué al curro y tampoco creo yo que tenga mas derecho que ellas a protestar porque te adjudiquen turnos que no se pueden hacer, total soy el ultimo mono ahí. Es un jodido chantaje emocional y yo estoy hasta el gorro, joder!

De todos modos yo me lo tomaría mucho mejor si no tuviera las hormonas desajustadas (y no es que esté en esos días, me temo que es algo mas permanente) y mis padres no se pasaran el día colgados a mi cogote recordándome lo mal que le va este curro a mi carrera y a mis nervios. Porque si, no le hace ningún bien (aunque cualquier actividad lejos de mi familia es a la vez un descanso), pero vamos, ellos aun me van peor y no me dedico a amargarles gritándoselo. Es que me paso el día dando explicaciones, terminaré histérica. A mis padres, a mis hermanos, a mis amigos, a los clientes, a los jefes, a las compañeras del trabajo, a la panadera, al perro de los vecinos... y es mi culpa supongo, pero ha llegado un punto en que me siento psicológicamente obligada a justificarme hasta para decidir en que momento limpio los mocos que dejan mis hermanos en el baño, y esto convierte en estresante cualquier actividad que se tenga por delante, porque siempre hay que analizar los pros y los contras, qué pensaran y que dirán, qué es lo políticamente correcto, quién se va a enfadar, qué es lo mas considerado, qué me servirá para enorgullecerme más, qué hará feliz a mayor número de gente, con qué voy a quedar mejor de cara a la galería, a quién voy a putear, qué va mejor para colaborar en la mejora del equilibro cósmico. Hasta me cuestiono si debo poner esto o no en mi blog, cuando se trata precisamente de MI blog, y sabido por todos es que yo hablo de MI porque es lo que menos me cuesta y lo que mas me calma los nervios, considerarme lo suficientemente importante como para plasmarme en unas cuantas líneas aporreando el teclado, y si alguien critica o se burla, peor para él porque yo no obligo a nadie ni engaño, y si ahora estoy agobiada, pues me desahogo así. Pero siempre tengo la sensación de que lo hago absurdamente mal, que es vergonzoso abusar de esta facilidad de comunicación y me da mucho asco ponerme autocompasiva y rastrera ante tanta gente como una vulgar góticorra, aunque por momentos, poco me importe todo y haga entradas como esta, de la que posiblemente me arrepienta en unas pocas horas.

Eso si, yo soy Happy las 24 horas, que conste.

miércoles, septiembre 01, 2004

Visita al ambulatorio

Yo no sé porque la gente se preocupa tanto por la depilación, que si fotoeléctrica, que si cera tíbia, que si gilettesupermegarequetesuave peroqueendosdiasparecesunpollomaldesplumao... Teniendo la seguridad social tan a mano! Hay que ir, como yo esta mañana, a hacerse un análisis de sangre, con calma y en ayunas, eso si. Después de esperar en un pasillo lleno de posters amarillentos, con slógans como “apaguen sus móviles y felices fiestas!” o “Albert Corretja también dice NO al tabaco”, una simpática joven les llamará por su nombre como si les conociera de algo y les dirá detrás de quien van. El chico guapo que espera en el fondo de todo nunca va antes o después de uds, a no ser que sean también un chico guapo heterosexual, porque entonces les dará igual si el chico guapo va a entrar con uds o se queda mirando el poster educativo de las enfermedades oculares. Cuando entran y se sientan, le dicen a la eficiente enfermera de dentro, pínchame en el brazo derecho, que soy zurda. Esto le mosqueará un poco, les dirá que da igual el brazo, pero esto es mentira, lo dice porque tiene la butaquita y la mesita todo puesto para hacer el izquierdo. Tienen que insistir, es que me salen moratones y prefiero que sean en el brazo que no uso, ejem. Se pondrá seria e insistirá en que no pasa nada y dirá que los moratones son porque no aprieta suficientemente después del pinchazo para taponar. Con todo esto habrán logrado entretenerla un poco más, con lo que empezará a amargarse. Si se quiere llegar al extremo de Enfermera Cabreada , le responden que porqué se pincha entonces por regla general en el brazo izquierdo. Yo esto último no lo he hecho porque me da miedo que alguien que me va a pinchar esté cabreado y echando espuma por la boca, nunca se sabe que te pueden hacer estas hembras. Luego les pincha, les saca la sangre, la mete en los tubitos los etiqueta y, ahí llegamos a lo que buscabamos, la tipa, para demostrarles que los moratones son culpa de que no taponemos bien, y no cosa de los factores de coagulación, arrea una de esparadrapo alrededor de todo el brazo que aparte de provocar una gangrena instantánea, se funde con todo el pelo que tengamos. Se sientan, taponan, presionan, hasta que se dan cuenta que igual se harán uds el moratón de tanto presionar, piden hora a alguna de las estudiantes en prácticas que hay en verano, para recoger los resultados y se largan a casa. Por el camino, cuando se arrancan los metros de esparadrapo innecesarios, firmemente adheridos, es cuando resuelven el problema de su vello de por vida. Solo hay que pedirle a la amable enfermera que repita la operación con el resto de partes del cuerpo y podrán ir por ahí luciendo una depilación efectiva, duradera y barata.

Por cierto, a mi me salen unos moratones tan espectacular-espectacular que me vienen arrebatos de maruja-quejica y los voy enseñando con grandes aspavientos y orgullo. Esta serie es del invierno pasado, cuando fui a donar sangre en la facultad para quedar bien ante mis compañeras y hacer que se sintieran como unas cobardes egoístas. (Alguien pedía fotos grandes?)



Después del anal-isis he ido a hacerle de canguro al vecinito, que está con el tobillo destrozado porque le cayó un fregadero encima, pero por respeto al chavalín no consideraré esto una anécdota para reirnos.

Sigo con los cambios de configuración y acostumbrandome al funcionamiento del tinglado este. Ya pongo links de fotos en el texto, como en los blogs molones y en la web de yonkis, para no ser menos, y estoy contentisima de ver mas comentarios de personas todas muy importantes, porque podré tirarme el rollo de que tengo lectores importantes y blablabla.

Dios me castigará por mi sobervia, esto está claro.