domingo, abril 16, 2006

Declaración de Principios

Desayunar quiche mola. Aunque sea de casa tarradellas recalentada. Aunque sea un domingo antes de ir a currar. Y sobretodo, aunque te hayas equivocado con el despertador y te hayas desvelado antes de tiempo.

Iba a decir que este va a ser un gran día. Luego iba decir que no, porque aún con la quiche, hoy no viene la Maja del Lunar a currar y no tendré nadie con quién decir barbaridades. Pero en realidad no tengo ni idea de como será hoy y las barbaridades las puedo decir igualmente a los clientes. Ayer, por decir algo, la srta Carpediem y yo terminamos cantando "No me gusta que a los toros te pongas la minifalda" a una clienta.

Si es que me quejo por vicio.

jueves, abril 13, 2006

Un buen día

Hoy podría perfectamente pegar la letra de esta canción de los Planetas, porque el día de ayer en parte fue como el dia que canta J, un día de no hacer nada productivo, de tocarme las pelotas y estar con gente maja. En concreto La Maja del Lunar, que no les diré dónde tiene el lunar, pero si soltaré como quien no quiere la cosa que está ubicado en un sitio sonrojante. Aish. Y qué maja es X)

Pero no pegaré esa letra porque tiene un transfondo bastante angustioso que no cuadra con el estado de paz en el que me veo sumida. Será la astenia primaveral, o será que me hago mayor, pero ultimamente mis emociones parecen sacadas de un tarrito de ketamina.

No voy a relatar el día entero, quédense con que visitamos el Cosmocaixa, o el antiguo Museu de la Ciència. Un sitio guai.

Es un museo interactivo, de tocar, ver, y descubrir cosas. De muchos temas: hay física pura, biología, geología, un poco de antropología y pajereces varias para vacilar al personal. Falta química para mi gusto. Bonita bonita la exposición sobre Einstein. Te enseñan un monton y todo explicado de una manera completamente bàsica, sin que tengas la sensación de estar en una clase. Yo he aprendido, por ejemplo:

- El porqué del 3er principio de la Termodinámica, ese que dice que el desorden del universo va aumentando. Por qué el desorden es mas estable? Siempre me habian ejemplificado que una pila bien hecha de libros es mucho mas facil de tirar al suelo que un montón de libros apelotonados. Si, pero no. Aquí nos muestran un cubo repleto de bolitas flotantes (por una corriente de aire, pero equivalen a moleculas de gas), y nos dicen que hay muchas mas maneras (combinaciones) de que estén estas en equilibrio por ahí desparramadas, que no que estén todas ordenaditas en un rincón alineadas. A mi me ha quedado mas claro.

- El movimiento Browniano, que siguen las particulas en una suspensión. Por qué se mueven aleatoriamente? Por qué las vemos desplazarse erráticamente sin rumbo? Pues porque las moleculas del dissolvente, como seria el caso del agua, que no observamos si no que parecen el medio donde se mueven las particulas "visibles", también se mueven! De hecho muchisimo más, y van empujando a las particulas mayores que están por ahí, hasta moverlas.

- Que hay una constelación zodiacal que no tiene signo. Es decir. Las constelaciones zodiacales son aquellas que se encuentran en la franja del cielo por donde pasa el sol. Y hay trece, solo que quién le dio por hacer los signos no quiso incluir la de un tio que tiene una serpiente. Es por lo visto un tipo, un tal Asclepio, que curaba con el veneno, y de ahí que la serpiente sea el simbolo de los médicos. Má o meno. (si, sé que Asclepio es del Dios de la Medicina)

- Que una rana y una serpiente pueden convivir en la misma jaula, si la primera es venenosa y la segunda lo sabe. Eso ya lo sabía, pero mas que nada lo constaté. La rana era azul y amarilla y muy bonita.

- Cómo se forma un tornado. Y hay una vitrina dónde se crea uno delante de tus narices y puedes meter la mano.

Y más cositas que ahora ya no caigo y me empieza a dar pereza contar. Insisto en recomendar la visita. Tómenselo con calma si quieren ver y tocar todo: la distribución es completamente absurda. Antes había salas, y podías seguir un recorrido que te ayudaba a ver aproximadamente todo, con un orden. Ahora, en pro de la modernidad y el diseño, el grueso del tinglado es una sala enorme, con paredes, vitrinas y biombos asimétricos para perderse. Eso está bien si vas ahí a dejar sueltos a los críos para que vayan corriendo y empujando a los vistantes, pero no si quieres estar al caso de todo. La reproducción del bosque tropical muy chula también, y el Planetario, que es como un Imax pequeñín muy divertido.

Por la noche se arremató la jugada con una visita al Falso Pub Irlandés que hay cerca de mi casa, que ponen música de Jarabe de Palo y Duncan Dhu. Pero qué les voy a reclamar: yo tampoco soy irlandesa y ni siquiera me pedí una birra...

martes, abril 11, 2006

Loser

Sips, loser de los losers de toda la vida. Es la primera palabra que me viene a la cabeza, cabeza bien protegida por otro lado, cuando me miro en el espejo con mi nuevo (y primer) casco para la bici. Imagino esos pobres chavales gafotas de high school americana, que se tropiezan, se les caen los libros y los bullys les pinchan las ruedas. Es que son feos y antiestéticos la mierda de cascos para bici.

Quien me conozca medianamente sabrá lo mío con la bici. Quién no, ahora lo aclaro. No es que me dedique al ciclismo amateur ni nada de eso, pero encuentro en la bicicleta un medio de transporte altamente rentable: se llega a los sitios más rápido que andando y el único gasto que hay es calórico, con lo que salgo ganando: calorías me sobran a destajo. Está el tema de que si hay mucha cuesta sudas lo tuyo, así que se descarta para ir a las recepciones que da el Embajador en su chalet de la montaña. En el crudo invierno y el tope del verano también, por motivos tan evidentes que si alguien no los encuentra, le sugiero que pille una bici y empiece a pedalear con un desnivel del 15% llevando dos jerseis, abrigo y bufanda, o en camiseta pero a 30º C a la sombra. (y no digo 40 por no sonar exagerada).

Seguro que se ríen si una comeflores como yo dice que la velocidad le pone, porque más bien tengo pinta de que me dé mucho miedo. Y si, me da mucho miedo, pero también me pone. Es lo mejor. Eso de bajar la Avenida Pedralbes a toda leche, sintiendo la gravilla suelta como un campo de baches, desviándote al otro carril con un ligero toque de manillar, notando el viento por todas partes, y pensando, mierdamierdamierda que ostión te vas a dar, hace que al llegar al final, a la puerta de la uni, sana y salva, seas la tipa mas relajada y segura del mundo.

Supongo que por eso, el otro día que me la pegué de la manera mas tonta posible, me sentí todo lo contrario, una insignificante y temblorosa pánfila con una bici y el labio partido. No partido del todo menos mal, pero sí que estuve unos días como si hubiera ido a implantarme colágeno en los morros a Corporación Dermoestética y le hubieran dejado el trabajo a la secretaria. Y aún me noto bultito por dentro.

La manera más tonta posible es caerse subiendo a la acera a velocidad 0 y estamparse la jeta a cámara lenta en el arcén, entre un taxi y el bordillo. Primero subes una rueda, luego la otra, y cuando empiezas a pedalear la rueda trasera vuelve a bajar, la bici pierde estabilidad, se tumba, pones un pies en el suelo y piensas, salvada. Sigues cayendo, pones una mano en el taxi y dices, ya está. Pero sigues cayendo, los airbags frontales amortiguan un poco, crees que ya está, pero el peso de la sabiduría empuja a tu coco a seguir cayendo, hasta que literalmente te comes el suelo. Todo esto por no tener paciencia de esperar que el semáforo cambiara a verde y pensar que subirse a la acera es la opción correcta.

Mi hermano dice que es un tontería que ahora me compre un casco, porque a no ser que hubiera llevado uno de futbol americano, no me hubiera salvado los morritos. Pero estos sustos siempre te hacen ver las cosas de manera distinta: sentí de una manera exagerada la fragilidad de la especie humana, y en especial la mía propia, desde los pies hasta los dientes. En el primer momento es el orgullo que te dice, si te hubieras hecho más daño y el casco pudiera haberlo evitado, ahora mismo alguien te estaría dicendo, ya te aviséee. Luego es el desamparo y la consciencia de soledad ante estos berenjenales, te echas unos lloros y deseas que aparezca alguien para darte un caramelo, y te lamentas de absolutamente todo, entre ello, el ser tan tonta de ir sin casco. Pero cuando se te pasa ves que poco importa tener o no a alguien que te consuele, si lo que queda para consolar es un cacho de Out estampado en alguna farola.

Eso es lo que hay que recapacitar, no el ostión tonto en sí, si no la manera de ir por el mundo. Y ahí entra el pasar de las tonterías estéticas y convencionales, comprarse el puto casco y ya puestos, vigilar un poquito más.